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Los Girasoles de Vicent van Gogh

Los Girasoles (su título original en francés es «Tournesols») de Vincent van Gogh es su pintura más famosa y una de las obras de arte más fáciles de reconocer el mundo. Cuantas veces no habremos visto una imagen de este cuadro y hemos dicho o pensado: «¡Ah!, Los girasoles de Van Gogh». Pero resulta que pocas personas saben que el artista hizo muchas pinturas de girasoles, algunas muy similares e incluso casi copias hechas por él mismo del famoso cuadro. Estrictamente deberíamos decir que los girasoles no es un único cuadro, sino una serie de cuadros del famoso pintor holandés postimpresionista.

Por escoger dos, las dos que más solemos ver en imágenes, sobre todo la primera, tenemos «Jarrón con Doce girasoles» (1888) y «Jarrón con Quince Girasoles» (1889).

El girasol es hoy en día una flor que está ligada al nombre de Van Gogh debido a su fama y a su afición a pintarlos en numerosos cuadros. Debemos recordar que Holanda es un país amante de las flores, aunque la flor típica del país sea el tulipán. Quizás ese amor innato holandés por las flores mezclado con la visión de los campos de girasoles franceses hicieron que Vincent sintiese esta atracción por pintar girasoles, llegando a pintar hasta 11 cuadros de esta temática que se sepa.

Vicent pintó estos 11 cuadros en dos series a finales del siglo XIX, entre 1888 y 1889. Y se distingue fácilmente una serie de la otra, «The Paris Sunflowers» de «The Arles Sunflowers»:

La primera serie de los girasoles la realizó estando en París y consta de cuatro cuadros con girasoles cortados en el suelo. Se los ve marchitos e incluso secos, pintados en tonos fuertes y con colores que hacen mucho contraste unos con otros. A destacar que fueron los primeros cuadros en los que solo pintaba flores y nada más. Se los conoce como The Paris Sunflowers. Mostramos en la imagen una de las 4 obras de la serie, en concreto la que se expone en el Museo Metropolitano de Arte de Nueva York.

“El girasol es mío en cierto modo”.

Vincent van Gogh

En la segunda serie, The Arles Sunflowers, la más conocida, van Gogh pintó los girasoles dentro de un jarrón, realizando 7 de estos cuadros. Esta segunda serie la hizo cuando estaba en Arles (Sur de Francia, en el Mediterráneo), pintando 4 de ellos en agosto de 1888 y los otros 3 en enero de 1889.

Vamos con los 4 cuadros de girasoles en jarrón que Van Gogh pintó primero. Los pintó en agosto de 1888

De los 4 primeros cuadros de girasoles en jarrón que pintó (los 4 primeros de los 7 que pintó en jarrón) tan solo podemos ver en museos los dos que acabamos de mostrar. Uno, el magnífico cuadro postimpresionista que solemos reconocer como «el» cuadro de los girasoles de van Gogh se expone en la Neue Pinakothek de Múnich y el otro en la National Gallery de Londres.

De los otros dos de estos 4 pintados en Agosto de 1888, uno está en una colección privada y el otro por desgracia ardió durante la segunda guerra mundial.

Estos dos cuadros son claramente distintos del resto de la serie de 7:
– Ambos tienen un fondo más oscuro que los otros 5.
– El que está en una colección privada es el único que prescinde de las típicas tonalidades amarillas.
– El que ardió era el único cuadro de la serie que tiene girasoles caídos fuera del jarrón.

Y ahora los otros 3 cuadros de girasoles en jarrón, los pintados en enero de 1889

Los otros tres cuadros de girasoles que faltan, de los 7 que Van Gogh pintó en jarrón, están en el Museo Van Gogh de Ámsterdam (Países Bajos), en el Sompo Museum of art de Tokio (Japón) y en el Museo de Arte de Filadelfia (Estados Unidos).

¿Dónde están los girasoles de van Gogh?

El cuadro que solemos identificar como «Los girasoles» de Vincent van Gogh, los doce girasoles en un jarrón, se expone en la Neue Pinakothek de Munich.

El otro cuadro que también se suele identificar con los girasoles de Van Gogh es el de los 15 girasoles en un jarrón. Dicho cuadro se expone en la National Gallery de Londres.

Más curiosidades sobre «Los girasoles» de Vicent van Gogh

A pesar de que sufría una enfermedad mental y una inseguridad que lo paralizaba, disfrutó pintando los primeros 4 cuadros de la segunda serie de los girasoles, ya que eran para decorar la casa en la que vivía en Arles y a la que pronto iría Paul Gauguin a visitarlo. En concreto quería decorar la habitación de Gauguin. Estaba feliz pensando que ambos tendrían un estudio en el que pintarían juntos.

La casa de van Gogh en Arles era la famosa «Casa Amarilla» de otro de sus famosos cuadros. Es una pena que esa casa fue destruida durante la segunda guerra mundial.

“Soy duro en eso, pinto con el entusiasmo de un marsellés comiendo bullabesa, lo que no te sorprenderá si sabes que lo que hago es pintar algunos girasoles.”

Vicent van Gogh en carta a su hermano Theo.

Los girasoles de Vicent van Gogh tienen en contra dos puntos importantes a la hora de ser una obra que pueda llamar la atención y emocionar. Por un lado entran en el tipo de pinturas que solemos llamar bodegones, por lo general poco entusiastas. Y por otro lado van Gogh abusa de los colores claros y aún por encima utiliza una variedad de colores muy limitada. Y sin embargo ahí tenemos esta obra postimpresionista con la que van Gogh consigue crear un símbolo, una obra de arte que con su uso innovador del color llama nuestra atención y nos hace abrir los ojos para captar las diferencias entre los pocos colores y las formas.

Explican en la web del museo de Munich que el cuadro también tiene reminiscencias del arte del grabado japonés, que van Gogh asociaba con una vida feliz en el Sur de Francia. Lo que se suma a que para Vicent van Gogh los girasoles eran símbolo de todo el recorrido de la vida.

Los críticos de arte todavía se maravillan con el detalle y la profundidad que Van Gogh extrajo de las capas de tonos de amarillo. Debes saber que esos colores eran nuevos para los pintores. Las pinturas de los Girasoles fue posible gracias a las innovaciones en los pigmentos fabricados en el siglo XIX. Sin la vitalidad de los nuevos colores, como los tonos de amarillo y verde, hubiera sido imposible que el pintor impresionista hubiera alcanzado la intensidad de los Girasoles. A su vez, sin un artista como Van Gogh, es posible que estos colores nunca hayan alcanzado su potencial.

A pesar de la valoración de los críticos de arte, Van Gogh en vida no vendió ni uno solo de sus Girasoles. Sólo vendió un autorretrato y El viñedo rojo en Arles (1888), que formaba parte de la decoración de la Casa Amarilla. Tras su muerte, todos sus Girasoles fueron heredados por su hermano Theo. Hoy en día, los Girasoles están dispersos en colecciones privadas y en museos de todo el mundo, desde la National Gallery al Museo Van Gogh de Ámsterdam. Una de las pinturas se vendió al Museo de Arte de Japón Seiji Togo Memorial Sompo en Tokio por casi 40 millones de dólares en 1987, lo que la convirtió en la pintura más cara de la historia en aquel momento.

Las pinturas de Girasoles son un conmovedor recordatorio de las grandes esperanzas de Van Gogh y el eventual colapso de esas esperanzas. Al momento de pintar su serie de Girasoles en Arles, el artista quería crear una comunidad artística en la Casa Amarilla, pero nadie quiso unirse debido a su personalidad difícil. Sin embargo, el hermano de Vincent convenció a Gauguin y esto lo entusiasmó mucho. El fracaso de este proyecto parece haber precipitado el deslizamiento de Van Gogh hacia la enfermedad mental y el eventual suicidio el 29 de julio de 1890.

No hay dudas de que Van Gogh desarrolló un estilo de pintura único. Aplicaba gruesas capas de pintura al lienzo y utilizaba fuertes pinceladas. Nacido el 30 de marzo de 1853 en Holanda, comenzó a pintar relativamente tarde a los 31 años. En tan solo cinco años, pintó aproximadamente 900 obras. Luego de su prematura muerte, se convirtió en uno de los referentes del Impresionismo y Postimpresionismo. Su trabajo atrae en todo el mundo a muchas personas que de otro modo no estarían tan interesadas en el arte.

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