Descubriendo Malta a través del legado de los pueblos que la ocuparon
Malta, un archipiélago situado estratégicamente en el Mediterráneo entre las rutas marítimas que conectan el Este y el Oeste de este históricamente siempre bullicioso mar, ha sido un punto de encuentro y fusión de culturas a lo largo de la historia. Su posición estratégica ha atraído a numerosas civilizaciones, cada una dejando su huella indeleble en la cultura, arquitectura y legado histórico del país. Este artículo explora el rico tapiz histórico de Malta, revelando cómo estas diversas influencias han moldeado la identidad de la isla.
Pueblos y civilizaciones que ocuparon Malta
A lo largo de su historia, Malta ha sido un crisol de civilizaciones debido a su estratégica posición en el Mediterráneo. Cada uno de estos pueblos no solo pasó por las islas, sino que también dejó una marca indeleble en su cultura, arquitectura y legado histórico. A continuación, se detallan algunos de los principales grupos y civilizaciones que han influido en la historia de Malta:
- Civilización Neolítica: Los primeros habitantes llegaron a Malta alrededor del 5900 a.C. desde Sicilia, estableciendo una de las culturas neolíticas más avanzadas del Mediterráneo, evidenciada por los templos megalíticos únicos de la isla entre los que destaca el templo de Ggantija.
- Fenicios (c. 800 a.C.): Este pueblo de marineros y comerciantes llegó a las islas alrededor del 800 a.C., utilizando Malta como un importante puerto y centro de comercio en sus rutas entre el Mediterráneo oriental y occidental.
- Cartagineses (siglo VI a.C. – 218 a.C.): Tras los fenicios, los cartagineses tomaron control de Malta, utilizándola como base militar y comercial. La influencia cartaginesa perduró hasta que Roma tomó el control de la isla.
- Romanos (218 a.C. – 535 d.C.): Malta floreció bajo el dominio romano, convirtiéndose en un municipio romano. Durante este período, se construyeron infraestructuras significativas y la isla sirvió como punto de enlace en las rutas comerciales romanas.
- Bizantinos (535 d.C. – 870 d.C.): Después del colapso del Imperio Romano de Occidente, Malta cayó bajo el control del Imperio Bizantino, marcando un período de relativa oscuridad en su historia.
- Árabes (870 d.C. – 1091 d.C.): La conquista árabe introdujo importantes cambios culturales y lingüísticos, incluyendo mejoras en la agricultura y el riego. El maltés, el idioma nacional, deriva en gran parte del árabe siciliano de esta época.
- Normandos y sucesivos dominios europeos (1091 d.C. en adelante): En 1091, Malta fue capturada por los normandos, liderados por Roger I de Sicilia, iniciando un largo período bajo el dominio de potencias europeas, incluyendo a los Anjou, los Aragoneses y, más tarde, los Caballeros de San Juan.
- Orden de San Juan (1530-1798): Los Caballeros Hospitalarios dejaron una huella imborrable en Malta, fortificando la isla y embelleciéndola con arquitectura barroca. Fueron responsables de la heroica defensa durante el Gran Sitio de Malta en 1565.
- Franceses (1798-1800): Napoleón Bonaparte capturó Malta en su camino a Egipto. Aunque su ocupación fue breve, introdujo importantes reformas administrativas y legales.
- Británicos (1800-1964): Malta se convirtió en una colonia británica en el siglo XIX, sirviendo como base naval estratégica durante las Guerras Napoleónicas y las dos Guerras Mundiales. Malta logró su independencia del Reino Unido en 1964.
Cada una de estas civilizaciones y periodos de dominio extranjero contribuyó a la rica tapicería cultural y histórica de Malta, creando un legado único que refleja la diversidad y la importancia estratégica de las islas a lo largo de los siglos. El resultado para la personas que visitan y disfrutan de su estancia en el país es que en Malta se puede ver una interesante amalgama de monumentos, tanto obras arquitectónicas como restos arqueológicos, muy diversos que atestiguan las distintas épocas recorridas durante la intensa historia de estas Islas.
Una breve Historia de Malta: Un Crisol de Civilizaciones
El Amanecer de la Historia: Neolíticos y Megalitos
Los primeros habitantes llegaron a Malta alrededor del 5900 a.C. desde Sicilia, dando origen a una de las culturas neolíticas más avanzadas del Mediterráneo. Estos pioneros construyeron los impresionantes templos megalíticos, algunos de los cuales son considerados entre las estructuras de piedra independientes más antiguas del mundo. Estos templos son testimonios de una sociedad altamente organizada y espiritualmente sofisticada.
Fenicios y Cartagineses: Comerciantes del Mar
Hacia el 800 a.C., los fenicios, expertos marineros y comerciantes del antiguo mundo, establecieron en Malta un importante puerto y centro de comercio, integrándolo en sus extensas rutas comerciales. Los cartagineses, sucediendo a los fenicios, fortalecieron la posición de Malta en el Mediterráneo hasta la llegada de los romanos en el 218 a.C.
La Época Dorada Romana
Bajo el dominio romano, Malta no solo se benefició de mejoras en infraestructuras y el florecimiento de la economía, sino también se convirtió en un eslabón vital en las rutas comerciales romanas. El archipiélago fue testigo de un período de paz y prosperidad, adornándose con edificios, palacios y elaborados sistemas de acueductos.
Bizantinos y Árabes: Influencias Orientales
La caída del Imperio Romano de Occidente llevó a Malta bajo el control bizantino, iniciando un período de influencia oriental que perduró hasta la conquista árabe en el siglo IX. Los árabes introdujeron avances significativos en la agricultura, sistemas de riego y dejaron una marca lingüística perdurable en la forma del maltés moderno.
Normandos y Sucesivas Dominaciones Europeas
Desde 1091, con la conquista normanda, Malta experimentó una sucesión de dominios europeos que incluyeron a los Anjou, los Aragoneses y, más significativamente, los Caballeros de San Juan. Estos últimos transformaron la isla en una fortaleza cristiana, embelleciéndola con arquitectura barroca y defendiéndola heroicamente durante el Gran Sitio de 1565.
De Napoleón a la Independencia: El Legado Francés y Británico
La ocupación francesa e inglesa
Napoleón, embarcado en una operación militar cuyo objetivo era conquistar Egipto, por el camino desembarcó en Malta el 11 de junio de 1798 y, tras un breve asedio, los Caballeros de San Juan, que habían gobernado Malta desde 1530, se rindieron sin mucha resistencia el 12 de junio.
En ese momento Napoleón tenía el rango de General en Jefe del Ejército de Oriente (Armée d’Orient). Este título le fue otorgado como parte de su comisión para liderar la campaña de Egipto. La captura de Malta fue estratégica para asegurar una ruta naval hacia Egipto.
Durante su corta estancia en la isla, Napoleón implementó una serie de reformas modernizadoras, incluyendo la abolición de la servidumbre feudal, la introducción de un sistema legal basado en el Código Napoleónico y la organización de la educación pública y las mejoras de salud públicas e instalaciones hospitalarias.
Sin embargo, la ocupación francesa no fue bien recibida por la población local, lo que llevó a un levantamiento maltés en septiembre de 1798, solo unos meses después de la llegada de los franceses. Los malteses, apoyados por el Reino de Sicilia y más tarde por el Reino Unido, sitiaron a las fuerzas francesas en La Valeta. La resistencia maltesa, junto con la ayuda británica, culminó en la rendición de las fuerzas francesas en 1800, poniendo fin a su ocupación de la isla. Este evento marcó el comienzo del dominio británico en Malta, que duraría hasta 1964, cuando Malta obtuvo su independencia.
La breve ocupación francesa bajo Napoleón introdujo reformas administrativas y legales. Sin embargo, fue el dominio británico el que marcó el último capítulo colonial de Malta. Bajo los británicos, Malta se convirtió en una base naval crucial, desempeñando un papel estratégico en las Guerras Napoleónicas y ambas Guerras Mundiales, hasta alcanzar su independencia en 1964.
La historia de Malta es una narrativa de resistencia, adaptación y fusión cultural. Desde los misteriosos constructores de templos neolíticos hasta los estrategas militares de la era moderna, cada civilización ha contribuido al mosaico cultural que define a Malta hoy. A través de sus monumentos, su lengua y sus tradiciones, Malta continúa contando la historia de un archipiélago que ha sido, desde tiempos inmemoriales, un puente entre civilizaciones.

